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El síndrome del cuidador quemado

Las demencias suponen una pérdida de la autonomía en la vida diaria en las personas que la padecen, lo que supone una sobrecarga física y emocional a sus cuidadores principales.


Los cambios a nivel de vida que experimenta el cuidador principal y la fatiga que supone cuidar a una persona dependiente, generan un aumento en su nivel de estrés que afecta tanto a la calidad de vida del propio cuidador como a la calidad del cuidado que recibirá la persona enferma.

 

"El estrés afecta tanto a la calidad de vida del propio cuidador como a la calidad del cuidado que recibirá la persona enferma"

 

Si aumenta el agotamiento y no se reduce el nivel de estrés, esta sobrecarga puede generar un conjunto de síntomas físicos, emocionales y sociales, que señalarían la aparición del "síndrome del cuidador quemado" (o burnout)


Entre estos síntomas destacaríamos fatiga continua, aumento o la disminución del apetito, trastornos del sueño, dolores musculares, cefalea, molestias digestivas, palpitaciones, sentimientos de tristeza y culpabilidad, preocupación, problemas de memoria y de concentración, irritabilidad, cambios frecuentes de estado de ánimo, aislamiento social y desmotivación a la hora de realizar actividades con las que antes disfrutaba.


Así pues, la pregunta es ¿cómo podemos combatirlo?. A continuación os ofrecemos algunos consejos.


Delega funciones y responsabilidades.

Muchas veces la fatiga y el estrés se originan porque las tareas de cuidado recaen en una sola persona. Pedir ayuda a familiares, amigos cercanos o a profesionales para disminuir la carga de trabajo es fundamental para prevenir y combatir el síndrome del cuidador.


Fomenta la autonomía de la persona dependiente.

Siendo realistas dentro de las capacidades y limitaciones de la persona dependiente, procura fomentar la propia autonomía en la realización de las actividades de la vida diaria respetando el tiempo que necesite para completarlas.


Tómate tu tiempo libre.

Disfruta realizando actividades que te ayuden a distraerte de las tareas de cuidador, con el fin de reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y mejorar la conciliación del sueño. Hacer ejercicio es una de las actividades más eficaces y beneficiosas a nivel preventivo y terapéutico.


Evita auto-medicarte.

Procura no medicarte contra los síntomas de este síndrome. Algunos fármacos pueden crear adicción o producir efectos adversos más contraproducentes. Es importante que ante cualquier consulta acudas a un especialista.


Y sobretodo recuerda:

Para cuidar de los demás, primero hay que cuidarse a uno mismo.

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