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¿Qué factores afectan a nuestra memoria?


Aunque tendemos a pensar que los olvidos son consecuencia del paso de los años y el envejecimiento, lo cierto es que existen diversos factores relacionados con el estilo de vida y las rutinas que llevemos que pueden afectar a nuestra memoria y capacidades cognitivas desde edades tempranas


Por eso es común que a veces no recordemos el nombre de alguna persona o que olvidemos donde hemos dejado algún objeto.



A continuación, os dejamos con algunos de los factores de riesgo más habituales en la aparición de olvidos:



La falta de sueño


Cuando dormimos una parte de nuestro cerebro descansa pero algunas áreas involucradas con la memoria, por el contrario, se vuelven más activas. Es por esto que las personas con trastornos de sueño tienen menos capacidad de concentración, de aprendizaje y de resolución de problemas, además de padecer un mayor deterioro de la memoria.


Hay que tener en cuenta que la recomendación estándar de 8 horas diarias de sueño no siempre funciona en todas las personas. Y por eso se ha de tener en cuenta que si uno se despierta cansado y tiene ganas de dormir durante el día, significa que requiere aumentar sus horas de sueño. Además, una siesta a medio día ha demostrado aumentar y mejorar la capacidad mental.



El estrés


Las hormonas del estrés influyen en un área de la zona del cerebro que se encarga de controlar la memoria del trabajo, provocando una pérdida en la memoria a corto plazo. El estrés repetido además, reduce los receptores en la parte del cerebro que está ligada a los procesos del pensamiento. Se cree que la forma en la que respondemos al estrés estaría relacionada con la forma de envejecer de nuestra cerebro, y someterlo a estrés podría ser perjudicial para nuestra salud cognitiva.


Por eso se recomienda encontrar maneras de aliviar el estrés o formas de enfrenar-se a el más positivas, como por ejemplo practicar yoga o pilates.


Ansiedad y Depresión


La ansiedad y la depresión dañan el circuito neuronal que interviene en el desarrollo y la recuperación de los recuerdos debido a los elevados niveles de Cortisol que generan, provocando una pérdida de sinapsis entre las células neuronales.


Por suerte, la pérdida de memoria ocasionada por estos factores es, al menos, parcialmente reversible, a medida que mejora el estado anímico, también lo hace muchas veces la pérdida de memoria.


Fumar


Fumar altera el suministro de sangre al cerebro, causándole un daño que con el paso de los años se manifiesta con una disminución de las capacidades cognitivas, según a demostrado un estudio que comparaba fumadores y no fumadores.


Además, el tabaco causa la acumulación de proteínas anormales en el cerebro que deterioran la capacidad cerebral para el procesamiento y la transmisión de la información.


Consumir alcohol y otras drogas


El consumo prolongado de alcohol y otras drogas como el cannabis puede comprometer la integridad de la materia blanca del cerebro, una parte del sistema nervioso central que contiene axones (parte de la neurona encargada de la transmisión de información) en su gran mayoría, lo que ocasionaría un empeoramiento de algunas capacidades cognitivas como la memoria.


Además, en la juventud también se asocia a una peor estructura neuronal, función y un peor metabolismo.



Ciertos medicamentos


Hay varios los medicamentos que pueden presentar efectos secundarios relacionados con la pérdida de memoria y que interfieren en sus funciones.


Son el caso de antidepresivos cíclicos, medicamentos con estatinas (para el colesterol), beta bloqueadores (para el corazón), analgésicos narcóticos, fármacos para la incontinencia, fármacos para ayudar a dormir, medicamentos recetados para los trastornos de ansiedad, e incluso algunos antihistamínicos.


Aunque no se trata de dejar de tomar este tipo de medicamentos, es importante conocer estos posibles efectos secundarios si tomamos alguno de estos fármacos y consultar al médico si empezamos a notar su aparición.


Una alimentación rica en grasas y azúcares



Estudios recientes afirman que una alimentación poco saludable, rica en grasas y azúcares, podría perjudicar a la memoria y las capacidades cognitivas, además de incrementar las posibilidades de padecer un deterioro cognitivo.


Se cree que el deterioro en la felixibilidad cerebral puede estar asociada a los cambios que produce en la flora intestinal llevar una mala alimentación, del mismo modo que produce enfermedades metabólicas como la obesidad.






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